Oh María, consuelo de los afligidos, abraza a todos tus hijos atribulados, haz que Dios nos libere con su mano poderosa de esta terrible pandemia y que la vida pueda reanudar su curso normal con serenidad. Nos encomendamos a ti, que brillas en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María. Amén.